Buganvillas y Granados

Tu imperfección bordea el límite de lo perfecto, eso fue lo que más me gustó, el darme cuenta que no eras para mí pero perderme al ver tus ojos negros tan profundos y tan oscuros cuando te molestas, cuando enloqueces, también cuando te pierdes en mí, cuando fijas la mirada tan cerca, frente a frente, respirando encima mío, cuando me abrazas y me dices que me extrañas, cuando me llamas loca y sonríes, cuando me llamas y hablas como si nada nos uniera, como si nunca hubiésemos compartido la misma luna, imagino tu mirada, tus gestos y consigues que llore. Tu imperfección y todo lo que no quiero, todo lo que no busqué está en ti, tan perfecto, tan dentro tuyo, tan parte de ti y tan hecho mío. Te he dicho mil veces que no eres para mí, que no busco alguien como tú, que nunca quise alguien así, pero encajo perfectamente a tu lado, ahí en ese lugar al cual pertenezco, ahí entre tus brazos, pegada a tus costillas, como una Eva, parte de ti, escuchando tu corazón. Pertenezco a ese luga

Quien sabe, tal vez en otra dimensión, en algún universo paralelo, tú seas para mí... a pesar que en éste, en el que nos tocó vivir, yo sí soy para ti. Podría haberme quedado a tu lado, soportando algunos berrinches de niño engreído y celoso, mas bien de inseguro y temeroso, pero por qué temes? si te demostré que no te dejaría, que estaba ahí para cuidar de ti y de mí, para ser tu amiga, para tomar tu mano, para reír y llorar juntos, no temí demostrarte lo que sentía y lo que podía llegar a sentir, por qué tú no lo demostrabas?, por qué ese temor? Tal vez en otra dimensión aprendas a ser menos complicado, a discutir cuando haya que hacerlo, a no dejar las cosas en el aire, a perdonar cuando haya que perdonar, afrontar tanto lo malo como lo bueno, tal vez en otro universo tengas oídos a mis palabras. Podría haberme quedado a tu lado, si tan solo hubieras actuado de acuerdo a tus palabras, si hubieras seguido tomado de mi cintura bailando, si me siguieras viendo como la primera ve

Qué simple es hacerme daño... tan fácil lo hago? Te resulta fácil, verdad? - preguntó ella -. Qué , respondió él con el ceño fruncido. Pues romperme el corazón... lo digo porque ya van al menos dos veces que lo haces. Y es que a veces no podemos evitarlo, nos hacemos tan vulnerables y ponemos todas las armas a disposición de nuestro enemigo y sí, ese enemigo al que tanto queremos, por el que tanto suspiramos, ese enemigo que conocemos mejor que a nosotras mismas y aún así no le damos en el punto débil, porque nos dolería más a nosotras que a él. Es tan simple hacerme daño, y creo resumir en mí a cada mujer que alguna vez, aunque cueste admitirlo, dejó que sea fácil dañarla o incluso se auto-infringió el dolor, el dolor que sólo se conoce cuando se quiere más a otra persona que a una misma. Nos hacemos vulnerables porque así lo elegimos, sé que es difícil admitirlo y difícil dejar de hacerlo, porque depositamos nuestra confianza en otra persona, que no es parte de nuestra fam

ME ATREVÍ A PROBARTE Qué importa que haya sido corto el tiempo, qué importa. Qué importa que al final haya perdido, que me hayas costado el sueño más de una noche. No me arrepiento de haberte conocido, no me arrepiento de haberte probado. Descubrí que no eras lo que buscaba, pero sí lo que en ese momento necesitaba, no hay fruto perfecto, pero eras fuiste tan suculento.  Me despertaste a nuevas emociones y de eso no me arrepiento. Me atreví a probarte, a tomar de ti todo lo que me ofrecías y a imaginar lo que no me mostrabas.  Tuve cada momento perfecto a tu lado, tan tuyo, tan mío, tan nuestro aunque no te dieras por completo. Conocí tus momentos de locura, tus momentos de ternura, tus demonios que eran los míos. Me complicaste la vida y vaya que lo hiciste bien, pero no me arrepiento. Qué importa que te haya perdido si nunca fuiste mío. Me atreví a mirarte y a perderme en esa mirada ruda, profunda, a veces seria y